¿Aún no conoces el concepto de Passivhaus o casa pasiva? Se trata de una tendencia en alza que está pisando fuerte últimamente.
Si te suena alemán, estás en lo cierto. Este concepto fue ideado en los años 80 por los profesores Bo Adamson, de la Lund University de Suecia, y Wolfgang Feist, del Instituto de Edificación y Medio Ambiente de Alemania, de ahí su nombre (“casa pasiva” en alemán). En la actualidad existe el Passivhaus Institut, creado para establecer los requisitos necesarios para que una vivienda sea considerada Passivhaus y, de esta forma, elaborar un sistema de estandarización. Así, todas las viviendas reconocidas por este instituto cumplirán con los estándares de calidad marcados.
Pero antes de seguir, tenemos que explicar lo más importante, ¿qué es una Passivhaus? Es un tipo de vivienda ideada para mantener las condiciones ambientales ideales en su interior de la forma más eficiente y ecológica posible, logrando un gran ahorro energético. Se estima que una Passivhaus puede conseguir un ahorro energético del 80% con respecto a una vivienda tradicional.
Esto no se consigue con el empleo de materiales innovadores o un estilo arquitectónico específico, se trata de utilizar los recursos de una forma inteligente para conseguir optimizarlos al máximo a través de técnicas pasivas. Por ejemplo, se puede conseguir un ahorro en la calefacción al orientar las ventanas de forma que se aproveche el calor del sol. Como esta, existen muchas otras técnicas que, combinadas, pueden lograr que una vivienda sea considerada Passivhaus.
Los pilares sobre los que se sostiene esta tendencia son:
Ventilación mecánica eficiente. Ligeramente ligado al punto anterior, si conseguimos la hermeticidad del aire, la ventilación mecánica será mucho más eficiente y la energía necesaria para calentar o enfriar el interior será mínima.